Más de 150 asistentes de los distintos programas del Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, así como de los centros de cumplimiento del Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil (SRJ) y profesionales del intersector, participaron en una capacitación sobre un nuevo protocolo destinado a formalizar y fortalecer el trabajo conjunto de los equipos técnicos de la región de Coquimbo.
Este protocolo se enfoca en casos de adolescentes que, simultáneamente, son atendidos en programas de protección y en centros de cumplimiento de medidas y sanciones, en línea con lo que mandata la Ley de Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez y Adolescencia (N° 21.430). Esta legislación resalta la importancia de actuar de manera organizada y coordinada para garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes.Matías Kework, director regional (s) del Servicio Nacional de Protección Especializada recalcó que “este protocolo es un paso crucial hacia una colaboración más efectiva entre nuestros servicios; al integrar los esfuerzos de protección y reinserción garantizamos que cada adolescente reciba el apoyo integral que necesita para superar sus desafíos y construir un futuro más prometedor”.
Por su parte, Loreto Rebolledo, directora del SRJ Coquimbo, destacó que “el énfasis es trabajar en intervenciones coordinadas, dada la complejidad de las trayectorias de los jóvenes con los que intervenimos, que muchas veces han vivido vulneraciones de derechos en su niñez que requieren de reparación, pero al mismo tiempo deben cumplir una medida o sanción. Es de toda justicia que, teniendo un Sistema Integral de Garantías, podamos trabajar coordinadamente para su bienestar, la promoción de sus derechos y concebir la reinserción como un sistema”.
La jornada contó con las exposiciones de Sofía Aliaga y Marcela Zarzar, profesionales del nivel central de ambos servicios, quienes dieron a conocer a los asistentes los fundamentos del protocolo y los flujos de gestión de casos atendidos en simultaneidad.
Con la implementación de este protocolo se espera mejorar la eficacia de las intervenciones, garantizando que cada adolescente reciba la atención y el apoyo necesarios en sus procesos de protección y reinserción social.